Una ciencia preparada para dar respuesta a los retos del futuro

El valor de la ciencia ocupa estos meses el centro de la agenda pública. La rápida respuesta que la comunidad científica ha dado al virus a través, entre otras cuestiones, de la creación de varias vacunas efectivas que han llegado a la población en menos de un año ponen de manifiesto la importancia de invertir en ciencia para que la sociedad pueda estar preparara para dar respuesta a éstas y otras posibles crisis de salud pública.

“Gracias a la investigación previa de las últimas décadas por parte de investigadores de todo el mundo se ha podido avanzar tan rápido en vacunas contra la COVID-19”, explica María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), con quien Healthinking ha querido conversar con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra, como cada año, el 8 de marzo.

Blasco, que además de dirigir el CNIO es jefa del Grupo de Telómeros y Telomerasa en este mismo organismo, es una bióloga molecular dedicada a estudiar el papel de los telómeros y la telomerasa en cáncer y envejecimiento, un campo de investigación en el que destaca a nivel mundial.

Su trabajo, publicado en revistas científicas como Nature, Cell o Science y reconocido a través de prestigiosos premios internacionales, ha permitido avanzar en la investigación sobre el retraso del envejecimiento y ha situado a Blasco entre los principales referentes científicos de nuestro país.

Esta visibilidad es importante de cara a fomentar nuevas vocaciones científicas. Sin embargo, en su conversación con Healthinking, Blasco ubica las principales desigualdades de género en el estrato directivo de las organizaciones.

“Hay tantas o incluso más mujeres que hombres en los niveles de formación. Es en los puestos de jefes de grupo, que son quienes dirigen las investigaciones” donde “hay muchas menos mujeres que hombres”. “Hay que implantar políticas activas en los centros de investigación para fomentar que más mujeres den un paso adelante para llegar a lo más alto en la carrera investigadora”, señala.

Por el momento, “la pandemia está poniendo de relevancia la importancia de la ciencia para buscar las soluciones”, lo que ha permitido que los ciudadanos se hayan dado cuenta de que las medidas de prevención no eran suficientes para “volver a la normalidad”.

Explica que “hace falta algo más”; y, ese algo más, son las vacunas y los tratamientos efectivos, que son el resultado de la investigación científica”. “Espero que estos hechos sean inspiradores para niños y niñas”, añade, pues “la ciencia tiene como objetivos el avance del conocimiento y del bienestar de la humanidad”.

Entretanto, Blasco, como otros tantos científicos del mundo, han aportado su conocimiento y el trabajo de sus equipos a tratar de buscar respuestas a la situación actual.

“Al igual que ha ocurrido en centros de investigación de todo el mundo, en el CNIO, varios de los grupos de investigación hemos usado nuestro conocimiento previo para abordar distintos aspectos de la enfermedad COVID-19, desde el desarrollo de test de detección rápidos y de ratones que puedan infectarse por el virus humano y que, por lo tanto, permitan estudiar la protección de las vacunas, a entender por qué la edad de los pacientes agrava los síntomas”, explica.

Autor: (A. Garrido / CNIO)

María Blasco es la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y jefa del Grupo de Telómeros y Telomerasa del mismo centro. Como bióloga molecular, se dedica a estudiar el papel de telómeros y telomerasa en cáncer y envejecimiento. Además, es vicepresidenta de la Alianza de Centros Severo Ochoa y María de Maeztu (SOMMa) y ha recibido tres doctorados Honoris Causa en España: Universidad Carlos III de Madrid (2014), Universidad de Alicante (2017) y Universidad of Murcia (2018).

Blasco considera que la pandemia, de momento, no ha perjudicado la investigación que se desarrolla en el ámbito oncológico. “En el caso del CNIO no ha sido así. Hemos mantenido nuestros proyectos y hemos obtenido financiación adicional para el estudio del COVID-19”, afirma.

Sin embargo, incide en la necesidad de aumentar los presupuestos destinados al impulso de la excelencia en la investigación, pues “la excelencia genera excelencia”.

“En España ya contamos con centros de investigación de excelencia. Se trata de los centros que tienen la distinción Severo Ochoa o María de Maeztu. Estos centros son evaluados por comités internacionales cada 4 años y están entre los mejores del mundo en su especialidad. Esta iniciativa del Gobierno empezó en 2011 con 8 centros y ahora ya hay más de 50”, explica.

En este sentido, cree que la investigación de excelencia “debería de apoyarse más firmemente aumentando el presupuesto de este programa, que incluye centros de Universidades, del CSIC, Fundaciones como el CNIO o el CRG, que están por todo el territorio estatal y que demuestran que la ciencia es algo que cohesiona”.

Estas y otras acciones serán determinantes para poder contar con una ciencia preparada para responder a los grandes retos del futuro. Miles de niños y niñas que hoy ven desde sus casas cómo la investigación está permitiendo hacer frente a la pandemia, tendrán la respuesta a muchos de esos retos si con nuestras acciones de hoy sentamos las bases de la ciencia del mañana.

ES-ABBV-210160