Pensando el Futuro con Eduardo López-Collazo
A finales de 2019, eran varios los informes, estadísticas y medios de comunicación que se hacían eco de cómo España comenzaba a recuperar los niveles de inversión en ciencia previos a la crisis de 2008 al dedicar a I+D alrededor de 15.000 millones de euros (2018) frente a los 14.700 consignados diez años antes, según datos del INE.
Cuando el país apenas empezaba a recuperarse de lo que algunos científicos calificaron como una “década perdida”, irrumpió en nuestras vidas el coronavirus y puso en cuestión los pilares más básicos de nuestro modelo económico y social.
Los científicos e investigadores han pasado de las páginas centrales de los medios a ocupar las portadas. La salud se ha convertido en uno de los ejes fundamentales sobre los que pivota el debate político. Hoy, en consecuencia, todos somos más conscientes que nunca de la necesidad de invertir en ciencia para mejorar nuestra salud.
Sin embargo, el director científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz, Eduardo López-Collazo, explica a Healthinking que invertir en ciencia supone asimismo avanzar hacia una mayor prosperidad. “Los países ricos no invierten en ciencia porque son ricos. Son ricos porque previamente han invertido en ciencia”, afirma.
Para comenzar a cambiar las cosas, el primer paso debe ser, a su juicio, dedicar más recursos a la investigación científica.
“Siempre he pensado que el 2% del PIB es por donde se tiene que empezar, nunca bajar de ese porcentaje. Los países de nuestro alrededor tienen inversiones mucho más poderosas; los que mejor van, están cerca del 4% del PIB”, explica, para advertir a continuación que, si hoy no se dedican recursos a la ciencia, “seguramente, las generaciones futuras verán su viabilidad muy comprometida”.
De forma complementaria al necesario aumento presupuestario, López-Collazo sugiere también un cambio estructural en la gestión de los recursos.
Considera que debemos evitar estrategias “cortoplacistas”, hacer inversiones sostenidas en el tiempo y avanzar de forma multidisciplinar en todos los campos, especialmente en las ciencias básicas, pues señala que el mayor de los hallazgos puede estar en el lugar y el momento más insospechados.
“No se pueden hacer cosas por picos, por tendencias, por modas. Hay que mantener la inversión en el tiempo, que sea permanente. Y que esa inversión abarque todo tipo de ciencias porque nunca vamos a saber cuál es el descubrimiento que nos va a llevar a resolver un problema importante en el futuro”, explica.
Para ello, apuesta por “no priorizar nada sino invertir en todo y, fundamentalmente, hacerlo en investigación básica, que es la que da saltos más importantes que pueden tener resultados más importantes”. A modo de ejemplo, considera que una mayor dotación de recursos destinados a investigar la sepsis en el pasado hubiera podido reducir en la actualidad la mortalidad derivada del coronavirus.Asimismo, además de dotar a la ciencia de más recursos y cambiar el enfoque de la gestión, López-Collazo cree que es indispensable dar mayor relevancia a los científicos en los procesos de toma de decisiones.
“Lo mejor sería un sistema similar al que existe en los países anglosajones donde, quienes toman las decisiones, se dejan aconsejar por comités científicos o sociedades independientes que no sean elegidas por los partidos que están en el Gobierno sino por la propia comunidad científica y son ellos quienes se ocupan de dar su criterio”, sugiere.
La pregunta que cabe hacerse en un momento como el actual es si el coronavirus hará que el peso de la ciencia aumente y cambien las prioridades de quienes toman las decisiones o si, muy al contrario, la propia crisis derivada de la pandemia acabará por restar recursos a la ciencia y a la salud.
Eduardo López-Collazo, físico nuclear, doctor en Farmacia, investigador y divulgador científico cubano, nacionalizado español, investiga en enfermedades infecciosas y cáncer desde hace 25 años. Compatibiliza su labor científica con la divulgación y la dirección del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ) en Madrid. De él podemos leer: ¿Qué es el cáncer?, ¿Qué es el VIH? y Coronavirus: ¿la última pandemia? Promete publicar ¿Qué es la sepsis? en 2021.
López-Collazo no es “del todo optimista” y teme que, una vez que la vacuna esté lista y comience a inmunizarse a la población, todo vuelva al punto inicial.
“La COVID-19 ha golpeado mucho a España y, sin embargo, no hemos sido capaces de convertir esta situación en una gran victoria con enormes oportunidades. Aquí teníamos la mayor cantidad de pacientes y científicos y los profesionales sanitarios que más han luchado contra el coronavirus. Con una gran inversión en ciencia nos hubiésemos podido convertir en líderes mundiales, pero nada de eso ha sido posible”, lamenta.
En todo caso, asegura que habrá cosas que sí cambiarán. “La gente muy joven o incluso los niños están hablando mucho sobre ciencia. Todos estamos también escuchando hablar mucho sobre ciencia y sobre científicos. También, sobre la importancia de la investigación. Eso, muy seguramente quedará en nuestro disco duro y, en el futuro, muchos de esos jóvenes acabarán estudiando ciencia”, augura.
El reto está, por tanto, identificado. El futuro terminará definiendo si el coronavirus contribuye a que la ciencia siga ocupando portadas durante años o acaba por volver a estas páginas centrales donde antes solía aparecer.
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