Más ciencia, mejores decisiones

Pensando el Futuro con Rafael Bengoa

Desde que el coronavirus entró en nuestras vidas, la relación entre la ciencia y la toma de decisiones sobre la salud de los ciudadanos ha ganado peso en la agenda pública y en los medios de comunicación.

¿Qué papel está desempeñando el conocimiento científico en la gestión de la pandemia y en la definición del futuro del sistema sanitario? ¿Existe margen para introducir nuevos mecanismos de coordinación que refuercen el papel de la ciencia en la toma de decisiones? ¿Qué podemos hacer para que, en el proceso de transformación hacia la Sanidad del futuro, se construyan vías de comunicación eficaces entre ambos?

El especialista en gestión Rafael Bengoa, codirector de la consultora SI-Health, exconsejero vasco de Sanidad y asesor en materia de salud de varios organismos internacionales como la OMS explica a Healthinking que, en los últimos meses, el coronavirus ha visibilizado, no solo en España sino también en otros países como Estados Unidos, el “desencuentro” que existe entre ciencia y toma de decisiones.

A su juicio, es necesario mejorar los “procesos de comunicación” entre ambos, pero también la independencia de quienes aportan el conocimiento científico y la evaluación de los procesos. Por un lado, al objeto de dar respuesta a la actual crisis de salud pública, en la que “la ciencia evoluciona con la epidemia” y es necesario explicar de forma recurrente a los ciudadanos el ajuste de criterios o decisiones imprescindibles para frenar la expansión del virus. Por otro, con el fin de dar respuesta a los grandes retos futuros.

Sugiere que, si finalmente “se estructura una Agencia de Salud Pública como reacción a la crisis, la clave no es que esté vinculada al Ministerio (de Sanidad) sino que sea independiente y que pueda sugerir al Ministerio cosas, pero también informar a la sociedad civil sobre lo que está pasando”.

Pero Bengoa va un paso más allá en este planteamiento y propone trasladar al ámbito de la salud y del medioambiente el modelo de la AIReF, el órgano independiente que evalúa tanto el ciclo presupuestario como el endeudamiento público al objeto de garantizar que las Administraciones Públicas cumplen el principio de estabilidad presupuestaria.

Para ello, sugiere crear la AIReS, una organización de características similares pero destinada a evaluar la gestión relacionada con la salud y el medio ambiente. “Necesitamos una agencia independiente, que no esté dentro de las estructuras formales”, explica, que no cambie cuando lo haga el Gobierno.

Esta organización podría señalar, como hace la AIReF, las principales áreas de mejora a quienes toman las decisiones finales y podría reportar periódicamente al Parlamento, como ya ocurre en el ámbito económico. “Ya sé que estoy yendo muy lejos”, advierte Bengoa, si bien afirma que “es muy importante que utilicemos esta crisis para hacer las cosas muy diferentes a partir de ahora”.

El papel de los profesionales y de los pacientes sería fundamental en el funcionamiento de este órgano. “Tenemos que empezar a reequilibrar el modelo actual con estas agencias independientes, imparciales y externas, con la voz de todos los agentes fundamentales a los que se necesite consultar según lo que se esté evaluando”, añade Bengoa, uno de los científicos firmantes de las recientes cartas remitidas a The Lancet en relación con la necesidad de impulsar una evaluación independiente de la gestión del coronavirus.

Rafael Bengoa es médico y especialista en gestión. Fue consejero de Salud en el Gobierno Vasco, siendo considerado uno de los padres de Osakidetza. Ha trabajado durante 8 años para la OMS y fue asesor sanitario de la administración Obama. Actualmente, codirige el Instituto de Salud y Estrategia (SI-Health) y es profesor universitario en prestigiosas universidades de la talla de Harvard.

La crisis del COVID-19 ha mostrado también, según sus palabras, otra faceta fundamental en términos del modelo de gestión que tenemos en España.  Se ha podido confirmar, señala, que ha sido una crisis con respuestas clínicas no solo en el ámbito curativo sino en el ámbito organizativo.

Según Bengoa lo más interesante es que los profesionales de la salud han sabido liderar en una situación muy compleja, pues prácticamente todas las innovaciones para salvar la situación han surgido de ellos. En este sentido, considera que este liderazgo de los profesionales de la medicina y enfermería es lo que se debe de mantener a partir de ahora y en la gestión post pandemia, incluyendo de forma creciente la voz de los pacientes en las decisiones que se toman.

“Los directivos y políticos tienen el papel fundamental de crear condiciones para que los profesionales clínicos puedan ejercer ese liderazgo, pero deben aprender a dar un paso atrás. Es por ello, que este momento es una oportunidad para despolitizar el modelo de gestión en España empezando por profesionalizar la función directiva en el sistema nacional de salud”, afirma.

Finalmente, preguntado por cómo repercutirá el coronavirus en el futuro de la gobernanza del sistema sanitario, Bengoa considera que, pese a que “para combatir una crisis como la pandemia quizás sea necesaria más uniformidad”, para la gestión del día a día post pandémico es necesario “un modelo como el que tenemos, descentralizado”.

“Caminamos hacia un necesario confinamiento parecido a la primera oleada – aunque será más corto. Eso requiere una centralización y decisión uniforme como en Alemania. Esa centralización es coyuntural para controlar la pandemia, no implica centralizar todo el modelo después”. Una centralización post pandémica no solo politizaría aún más el Sistema Nacional de Salud, sino que alejaría las decisiones de los profesionales y de los pacientes.

Bengoa concluye señalando que, “a partir de ahora, una línea maestra de las políticas de salud tiene que ser la cronicidad”. “El punto de partida es que a los pacientes crónicos aún no les ofrecemos continuidad de cuidados, sino que lo que les ofrecemos está fragmentado y desconectado (…). En 2020-2021, es evidente que tenemos la tecnología y los recursos humanos para poder hacer esto mejor”, sugiere.

El futuro, pues, presenta en palabras de este importante experto español, grandes retos, pero también la oportunidad de plantear cuáles son los procesos necesarios para fortalecer los vasos comunicantes entre quienes aportan el conocimiento científico y las instituciones o personas encargadas de gestionar y transformar el sistema. Siempre con el objetivo compartido de conocer, anticipar y garantizar la mejor toma de decisiones posible.

ES-ABBV-200636