Para conservar la viabilidad del sistema sanitario, hay que dejar el modelo pasivo

¿Y si cambiásemos la forma de abordar el tratamiento de los enfermos crónicos? Eso es lo que se planteó Rafael Bengoa, codirector del Instituto de Salud y Estrategia (SI-Health), en el cuarto evento de Healthinking.

Los profesionales sanitarios son muy conscientes de que existe una gran cantidad de gente vulnerable en nuestro país. Muchas de esas personas están solas y enfermas, incluso tienen problemas de movilidad en sus propios edificios, que no son accesibles. Ese tipo de paciente cuenta “con una o dos visitas de servicios sociales a la semana y, de vez en cuando, en las ocasiones en las que su enfermedad se agudiza, aparece en urgencias y le metemos en una cama, las dos partes más caras del sistema”, destaca Bengoa.

En consecuencia, la forma de abordar estos problemas debe cambiar. “Si consiguiéramos atenderles proactivamente en casa […], podríamos identificar esos empeoramientos y actuar con enfermería y medicina a domicilio”, defiende el que fue asesor sanitario de la administración Obama ( para el programa Obamacare).

Este cambio de paradigma es absolutamente necesario para hacer sostenible el sistema, según Bengoa. “Si nos quedamos con el modelo que espera a que la persona empeore, aparezca por urgencias y la tengamos que ingresar en una cama, probablemente no podamos mantener el sistema sanitario público que tenemos hasta ahora”, añade.