La hemato-oncología es una rama de la medicina que se enfoca en el estudio, diagnóstico y tratamiento de los trastornos relacionados con la sangre y los tejidos hematopoyéticos, así como los trastornos oncológicos del sistema hematopoyético. Estos últimos se han visto incrementados a lo largo de este tiempo derivados del envejecimiento de la población, por lo que su abordaje se antoja clave y como uno de los retos sanitarios a afrontar.
En esa línea, conocer la prevalencia e incidencia de este tipo de patologías es fundamental, tal y como comenta el Dr. José Manuel Puerta, jefe de Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Virgen de las Nieves en Granada. “Hay enfermedades de una cronicidad que no importa tanto la incidencia como la prevalencia, porque la incidencia se mantiene continua, pero cada vez los pacientes viven más, ampliando el número, conllevando un gasto sanitario, que acaba impactando en la sostenibilidad”.
Por ello, desde la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), y junto con la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), el acuerdo marco firmado recientemente busca sentar unas bases de coordinación para “saber cuántos pacientes se diagnostican anualmente y cuántos pacientes siguen vivos”. Como señala el vocal de la SEHH, “conocer la incidencia y prevalencia te hace, organizativamente, preparar planes de acción, ensayos clínicos que te permitan sacar conclusiones […] y, si lo extrapolas, a nivel comunitario y nacional ayuda a […] optimizar los recursos sanitarios”.
La sostenibilidad y eficiencia del sistema son factores esenciales a considerar. Para el experto, “el reto para la sociedad es prevenir antes que curar”, pero si lo trasladamos a la hematología, los beneficios del cribado poblacional, por ejemplo, pueden ser limitados al no poder prevenir enfermades como un linfoma o una leucemia. Si bien apunta que “las recientes unidades de hemopatías de estirpe germinal son un impulso al desarrollo científico técnico, con el que se incrementará la calidad asistencial y el conocimiento de diversas hemopatías oncológicas”.
En ese sentido, el Dr. Puerta señala que “todas las técnicas de biología molecular, de secuenciación masiva han dado un impulso de calidad en el diagnóstico en los últimos 15 años. No solo por el diagnóstico, sino por la categorización en tipos de riesgo, y permiten que el paciente se pueda beneficiar de opciones terapéuticas en muchos sentidos, ya que no es lo mismo una leucemia con un marcador u otro”, recalca.
Según el experto, desde que empezó la residencia en 2007, las innovaciones terapéuticas en esta área “ya te dejaban patidifuso” y, “16 años después, han cambiado espectacularmente”. Para él, la clave es “cómo se ha cambiado el estándar de tratamiento, pasando de quimioterapia estándar tradicional a la suma de immuno-quimioterapia con anticuerpos monoclonales”, resalta, sumado a la terapia celular que tan buenos resultados está dando en la actualidad.
Aunque no se puede establecer para la totalidad de los diagnósticos, el Dr. Puerta apunta a que “se ha avanzado mucho en tratamientos más personalizados, diagnosticando la molécula diana que tiene su fármaco y que, no solo aumentan la supervivencia de los pacientes y retrasan la siguiente recaída que puedan sufrir, si no que, sobre todo, aumentan la calidad de vida respecto a las quimioterapias tradicionales”. Muchos pacientes se benefician de “tratamientos quimio free” evitando, así, todo lo que eso supone; “distorsión de la imagen corporal, pérdida de cabello, efectos terribles que han escuchado de sus familiares: diarrea, náuseas, vómitos, etc.”
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada (2000-2006) y Doctor por la UGR en 2018, médico especialista en Hematología y Hemoterapia (vía MIR) en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada (2007-2011). Tras pasar por los hospitales de Motril y Úbeda, volvió en 2013 a su hospital de formación, ocupando actualmente la plaza de Jefe de Servicio de Hematología y Hemoterapia desde mayo de 2022. En febrero de 2021 fue nombrado Director Científico del Biobanco del Sistema Sanitario Público de Andalucia (SSPA). Vocal de las sociedades científicas andaluza y española de Hematología y Hemoterapia. Su línea asistencial y de investigación principal son los síndromes mielo y linfoproliferativos crónicos, linfomas de alto grado y estudios de calidad de vida en pacientes hemato-Oncológicos.
A ese respecto, comenta también que “nos encontramos con algunos tipos de patología que tenemos que discernir muy bien y elegir el mejor candidato que se va a beneficiar y plantearle un esquema de tratamiento que va a tener un final”. El futuro ya parece ir en esa línea ya que, según él, “se irán descubriendo moléculas que lleven asociadas un plan terapéutico y medicina personalizada y […] que ayudarán a determinar qué gen tienes para intentar encontrar tu arma terapéutica más eficaz”, recalca Puerta. Aunque, si bien también señala el experto, “un paciente sin tratamiento tiene mejor calidad de vida y siempre será mejor la operación que no se hace y mejor tratamiento el que nunca se tiene que dar”.
Para el hematólogo, este auge en torno la medicina personalizada debe buscar “evitar la despersonalización” y velar por una óptima calidad de vida. “Muchas veces nos centramos en que el paciente está en remisión, […] pero a lo mejor no recabamos en que su calidad de vida está mermando”. Comenta un ejemplo de una paciente con leucemia, trabajadora de un supermercado, “que tiene que ir cuatro veces al baño durante su turno y que no se le da importancia porque está en remisión completa de la enfermedad”, señala.
En esa línea, destaca que “se necesitan muchos estudios para ver la percepción del paciente, ya que hoy en día no hay ningún estudio que nos diga lo que asumimos del paciente con tratamiento crónico, con unos efectos secundarios determinados y, lo peor, los efectos psicológicos porque piensa que va a recaer antes”. El experto comenta que “la ayuda psicológica al paciente con una enfermedad hemato-oncológica es fundamental por los cambios en el estilo de vida, imagen corporal, etc.” y que, en su servicio, tienen la suerte “de contar desde hace 18 años con una compañera psicóloga, pero este es un déficit que se tiene en los centros sanitarios e instituciones”, incide.
En resumen, los próximos años van a traer, y ya lo estamos observando, grandes avances a nivel tanto de diagnóstico como de tratamientos; el desarrollo de secuenciaciones moleculares masivas, las innovaciones terapéuticas con un marco temporal más corto, y el incremento de la calidad de vida de los pacientes están sentando las bases de un futuro en el que las enfermades hemato-oncológicas sean cosa del pasado. Y a la vez, debemos continuar trabajando para mejorar la “personalización” en el ámbito organizativo, fomentar la atención domiciliaria o ampliar el horario de los hospitales de día, lo que ayudará también a los pacientes.
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