El valor del farmacéutico en la transformación del sistema sanitario y la agenda 2030

Con Raquel Martínez, Secretaría General del Consejo General de Colegios Farmacéuticos

La pandemia del coronavirus ha puesto de relieve que el trabajo de los farmacéuticos va mucho más allá de la venta de medicamentos. Con los hospitales saturados y muchos centros de atención primaria cerrados, su papel en materia de asesoramiento sanitario se ha evidenciado como imprescindible, y ahora la situación obliga a potenciarlo.  ¿Ha hecho la crisis sanitaria que se desarrolle un nuevo rol del farmacéutico?

Raquel Martínez, secretaria general del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, ha mantenido una conversación con Healthinking en la que ha compartido su experiencia como profesional y punto de vista sobre el rol actual y valor del farmacéutico en la transformación del Sistema Sanitario ‘post-covid’ y la Agenda 2030.

“La pandemia ha evidenciado a los ciudadanos que la farmacia es esa primera puerta de entrada al sistema, con un profesional sanitario cercano y accesible”, destaca Martínez. Y es que, la pandemia ha potenciado el ejercicio del farmacéutico, ya que ha sido uno de los actores que el ciudadano ha podido sentir más cercano en esos momentos de colapso de los centros de salud, lo que ha fortalecido su figura. “Lo que ha demostrado el farmacéutico es que es una profesión capaz de adaptarse, siempre buscando lo mejor para el ciudadano, con una vocación de servicio público inmensa, y no es que se haya ejercido un nuevo rol, sino que el ciudadano lo ha tocado más y se ha visto consolidada la legitimidad social y el cómo nos valora y percibe el ciudadano, con una confianza incrementada”, explica la secretaria general. “Somos agentes de influencia en el entorno; el profesional farmacéutico puede llevar a cabo una serie de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales dentro de estos establecimientos sanitarios que pueden dotar al sistema de mayores recursos, utilizando todo el potencial del farmacéutico”, concluye.

LA FARMACIA, PARTE DE LA ATENCIÓN PRIMARIA

En España, la red de 22.137 farmacias, que atiende diariamente a más de 2,3 millones de personas, es un aliado sociosanitario esencial para el conjunto de la sociedad. Por ello, es importante que el mundo farmacéutico esté alineado no solamente con el ecosistema sanitario, sino con todo entorno. “Tenemos ahora muy claro donde tenemos que poner nuestro foco, y dónde debemos trabajar para construir sistemas sanitarios que realmente estén adaptados a lo que nuestra sociedad necesita, y también que estén protegidos ante situaciones tan críticas como la vivida con la COVID-19”, expone Martínez.

“La farmacia comunitaria forma parte de esa atención primaria, pero a veces cuesta que, desde las administraciones, se nos considere como tal, porque somos un establecimiento privado de interés público; esa diferencia, de no formar parte o no estar entre los muros de la propia sanidad pública, le cuesta a veces a la administración ver que tiene a ese aliado, que es la farmacia, en su entorno”, explica la secretaria general.

La colaboración que ha habido en determinados proyectos durante la pandemia, como el de dispensación colaborativa entre la farmacia hospitalaria y la farmacia comunitaria para que medicamentos que son de dispensación normalmente hospitalaria llegasen donde estaba el ciudadano que necesitaba el medicamento, es un ejemplo de comunicación fluida tanto entre profesionales sanitarios, como entre estos y la administración, ya que se ha implementado en varias Comunidades Autónomas, completamente adaptada a las necesidades de la sociedad. “Ha sido un proyecto de éxito, que se ha llevado a cabo en algunas Comunidades Autónomas; y es que tiene que haber apuesta política”, destaca Martínez. “A nivel de la salud pública, hoy por hoy, en todas las estrategias políticas que se están desarrollando es importante que se cuente con el farmacéutico. Por su cercanía, por su accesibilidad, por la capacidad de actuación y recogida de información ad hoc, porque 2,3 millones de ciudadanos entran cada día en nuestros establecimientos sanitarios; imagínate el poder que tiene esto”, expone la secretaria general.

Raquel Martínez

Raquel Martínez es licenciada en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, y actualmente ocupa la Secretaría general del Consejo General de Farmacéuticos, una labor que compagina con su trabajo como farmacéutica rural en Soria. Antes de formar parte del Consejo General de Farmacéuticos, ha sido presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Soria y del Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León. Además, tiene formación postgrado en salud mental y en atención farmacéutica comunitaria por la Universitat de València.

“Creemos imprescindible que a nivel de todo lo que son las estrategias de salud pública, más allá de todo lo que ya se está trabajando, invirtamos más o se utilice más a la farmacia y al farmacéutico, tanto sanitariamente como socialmente”, añade. Y es que, a nivel social la farmacia también hace una labor relevante, sobre todo a la hora de contribuir en una educación sanitaria de calidad, haciendo que los pacientes sean cada vez más responsables, empoderados y con un conocimiento mejor de sus patologías. “Todo esto es un círculo que genera un sistema sanitario más completo, mejor utilizado y lógicamente más eficiente. Al fin y al cabo, nos encontramos ante retos globales que requieren de acciones locales y profesionales cercanos, accesibles, con vocación de servicio público y que se adapten al cambio”, concluye Martínez.

 

UN ACTOR CLAVE EN LAS ESTRATEGIAS NACIONALES

Desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, en octubre de 2021 se presentó una Estrategia Social de la Profesión Farmacéutica, con el objetivo de contribuir y ayudar al Gobierno de España a poder desarrollar todas esas políticas, estrategias y proyectos de actualización detectados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Además, el documento concreta el plan “Somos Farmacéuticos: Somos Asistenciales, Somos Sociales, Somos Digitales”, con proyectos dirigidos en la creación y acceso al conocimiento, la lucha contra la pobreza, la lucha contra la exclusión social, la lucha contra la violencia de género, ese acceso universal e igualitario al medicamento y a la prestación farmacéutica en todo el territorio nacional.

“Todos los proyectos dentro de la Estrategia Social van en línea de cumplir con los ODS, sobre todo poniendo foco en los colectivos más vulnerables; violencia de género, exclusión social, soledad no deseada… a veces mucho más vinculada en medio rural o barrios más pobres de las capitales, allá donde se detecte”, explica Martínez. “Colaboramos con varios objetivos: el Objetivo número 3, que es el de salud y bienestar, unido a nosotros de forma clava y evidente, ya que farmacéutico y compromiso social es un binomio de éxito e inseparable para poder contribuir a la salud 360; el Objetivo número 4, vinculado a la educación de calidad, y es que, el acceso a las nuevas tecnologías es estupendo, pero muchas veces recogemos la información de sitios que lo que hacen es confundirnos, por lo que ante cualquier duda, estamos nosotros, para crear a ciudadanos empoderados, más conocedores de sus patologías; o el objetivo número 5, el de igualdad de género, con el que colaboramos desde la actuación social”, desarrolla la Secretaria General. El objetivo 9, de industria e infraestructura, el 10, de reducción de las desigualdades, o el 17, de generación de alianzas, son objetivos con los que la Estrategia Social también está alienada.

Y es que, como se ha mencionado anteriormente, la cooperación y coordinación de las múltiples instituciones y organizaciones que conforman el Sistema Nacional de Salud, desde sociedades científicas a instituciones públicas, es clave para partir de unos objetivos y necesidades a abordar a nivel nacional. Pero ¿qué rol se le está dando al farmacéutico en los proyectos colaborativos del sector sanitario con instituciones públicas? “Me gustaría que el rol que ya ejerce el farmacéutico tuviera un perfil mayor del que actualmente tiene”, destaca Martínez. “Al final, el Ministerio marca un poco la ruta, pero los que ejecutan y deciden como y con quien quieren llevar a cabo sus iniciativas son las 17 Comunidades Autónomas. Y hemos visto es que cuando existe esa voluntad política, cuando hay regiones que apuestan por el farmacéutico como profesional, y con la farmacia comunitaria como establecimiento sanitario donde hay profesionales que pueden ejercer un papel mucho más activo, se consiguen resultados de éxito”, concreta la secretaria general del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.

Aún así, para que la colaboración entre los farmacéuticos y las administraciones pueda ser lo más completa posible, es importante que a nivel regulatorio se tenga en cuenta a órganos como el propio Consejo General de Colegios Farmacéuticos, tanto para la elaboración de nuevos planes como para la actualización de leyes. “Efectivamente, es de vital importancia que las administraciones pregunten a todos los profesionales sanitarios que diariamente ejercen su trabajo para con el ciudadano, el paciente y el sistema. El diálogo es imprescindible. Por supuesto, el Consejo General de Farmacéuticos es escuchado”, explica Martínez.

Así pues, es importante encontrar espacios de colaboración, de encuentro, de diálogo y de escucha entre los farmacéuticos, el resto del ecosistema sanitario y asistencial, y las administraciones. Todos los actores que conforman estos círculos son imprescindibles para poder adelantarse, ser predictivos, construir estrategias y tener una hoja de ruta clara en la transformación del Sistema Sanitario. Por otro lado, otro hito importante es la alineación de todas esas acciones con la responsabilidad social y medioambiental; algo que ponen en común los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por ello, “es relevante tener foros como Healthinking, ya que es en sitios así de donde salen las estrategias que debemos llevar a cabo tanto instituciones como órganos de gobierno, que son quienes mandan el liderato”, concluye Martínez. Al fin y al cabo, sin colaboración, escucha activa y mucho diálogo entre los distintos actores que conforman el ecosistema sanitario, no habrá una evolución en el cuidado de la salud de las personas, y si no hay salud, no hay nada.